Piden que se preserve el santuario en homenaje a Flavia Aguirre y Andrea Lungo en Máximo Paz
Son las chicas que fueron asesinadas en Máximo Paz en 2006. Un comerciante habría comprado el terreno donde se construyó una ermita en su memoria.
Vecinos de Máximo Paz se movilizaron este jueves para pedir que se preserve un monumento construido en memoria de Flavia Aguirre y Andrea Soledad Lungo, las dos jóvenes de la localidad que en 2006 fueron violadas y asesinadas y cuyo crimen permanece impune.
El pequeño altar fue construido en el terreno de Antofagasta y Rivadavia, lugar donde fueron abandonados los cuerpos de las víctimas en la madrugada del 22 de abril de ese año.
Este jueves los vecinos advirtieron la presencia de albañiles que comenzaron a colocar postes para un alambrado. De inmediato llamaron a la Comisaría 2da. y al delegado Municipal Julio Stur ante la presunción de que pudiera tratarse de una usurpación.
De acuerdo a los primeros datos relevado por las autoridades, el terreno donde se erige el monumento pertenece al señor Máximo Paz, descendiente del gobernador bonaerense que da nombre al poblado. Recientemente le habría vendido la parcela a un comerciante de la localidad conocido como “El árabe”, propietario de una galería comercial sobre la Av. Pereda.
“Fuimos al lugar y verificamos que en principio se trataría de una venta. De todas maneras, paralizamos la obra y les indicamos a las dos partes, el vendedor y el comprador, que se dirigieran a la Municipalidad para establecer la legalidad de la operación y determinar si existió una donación para la construcción del monumento. Seguramente el viernes estas personas irán al municipio para aclarar la situación” dijo a InfoCañuelas el titular de la comisaría 2da., comisario Ángel Gabriel Castillo.
“Nos conmocionó mucho saber que el santuario podría desaparecer. Es algo que conmueve sobre todo a las mujeres que no olvidamos este doble femicidio. Sabemos que tanto el comisario como el delegado municipal se están ocupando del tema. El pedido que hacemos es que este santuario se preserve” agregó Lucía Soria, integrante de la Red de Promotoras de Genero de Máximo Paz.
Un crimen brutal ocurrido hace casi dos décadas
Andrea Soledad Lungo y Flavia Aguirre, de 19 años, eran cuñadas, compañeras de colegio e íntimas amigas (Flavia tenía un nene de tres años con Mario, hermano de Andrea). Las dos vivían en casas aledañas en Rivadavia 225 de Máximo Paz. El viernes 21 de abril de 2006 salieron del domicilio a las 18.30 y se dirigieron a una clase de inglés en una iglesia evangélica ubicada en 25 de Mayo 246. A las 20.30 se dirigieron hacia el Video Club Imagen de Carlos Spegazzini, donde alquilaron tres películas. Es el mismo local al que iban juntas casi todos los viernes.
Se piensa que caminaron dos cuadras hacia la ruta y tomaron un colectivo de regreso a Máximo Paz. A la 1.15, preocupados por la tardanza, la familia de Andrea hizo la denuncia en el Destacamento de Máximo Paz y tres horas más tarde los cuerpos fueron hallados por dos familiares en un baldío ubicado a 50 metros de la casa, en Antofagasta y Rivadavia. Estaban boca abajo, atadas en los pies y maniatadas con un pulóver y una bufanda.
Se hallaban perfectamente vestidas (Andrea con jean y una polera marrón y Flavia con jean y campera inflable negra) salvo por un detalle: una prenda íntima de una de las chicas estaba entre los pastos, a unos dos metros de los cuerpos. Las dos estaban descalzas, con las medias limpias. Si bien la ropa se hallaba intacta, había señales de resistencia en los cuerpos. Tenían piel debajo de las uñas, una lastimadura en la comisura de los labios y un golpe en la cara. La otra una marca de estrangulamiento en el cuello.
Las autopsias realizadas por el médico legista Hilario Ledesma demostraron que ambas fueron violadas, torturadas con quemaduras de cigarrillos y asesinadas de un disparo en la nuca. Una de ellas habría fallecido alrededor de las 22.30 y se presume que la segunda agonizó casi dos horas, hasta la 1.30.
Descartada la teoría del crimen en ocasión de robo, la investigación a cargo de Augusto Azzola se inclinó por un delito sexual cometido por alguien que conocía a las víctimas.
Condena y sobreseimiento
En mayo de 2010 el Tribunal Oral II de La Plata conformado por los jueces Claudio Bernard, Liliana Torrisi y Carmen Palacios condenó a Carlos Garay (41), Fermín Herbalejo (30) y Fabián Sequeira (30) a reclusión perpetua al ser considerados culpables de doble homicidio calificado por alevosía.
Sin embargo, en marzo de 2013 la sala III del Tribunal de Casación Penal de La Plata los dejó libres por falta de pruebas. En el dictamen se destacó que la investigación policial a cargo del Destacamento de Máximo Paz fue ineficiente e insuficiente y que no se analizaron pistas que podrían haber llevado a los verdaderos autores del crimen. Las llamadas entrantes y salientes al celular de Andrea Lungo, por ejemplo, es una de las pistas que no se habría estudiado. Tampoco se habría indagado en la supuesta relación sentimental que Andrea Lungo habría mantenido con un policía de apellido Raval, o las versiones sobre un presunto ajuste de cuentas.
En la resolución se recalcó que los imputados no mantuvieron relaciones sexuales con Lungo y Aguirre, tal como se desprende del estudio de ADN, que dio resultado negativo.
Los magistrados Violini, Borinsky y Carral concluyeron que las pruebas no resultaron “precisas ni concordantes y subsisten aún varias circunstancias fácticas improbadas, que abren el margen a hipótesis alternativas explicativas del suceso”. Además, sostuvieron que la investigación policial fue “irregular y parcializada” por lo que se pidió a la Procuración General "que se investigue la actuación de los agentes".
Como resultado de esta resolución, el doble crimen de Máximo Paz permanece impune.
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